Crónicas Canallas (XXII): #PonUnAlegradorEnTuVida


Partamos de una base. ‘El órgano sexual más grande que existe es la piel’. Es el eslogan de Eva Camacho, propietaria -junto con su marido, Pedro Tripiana- de La Eroteca de Eva (Bulevar Adarve, calle Platería, 31), una boutique erótica situada en un enclave privilegiado: un yacimiento arqueológico del siglo XIII. Es decir, aparte de comercializar cosmética, juguetería para adultos, lencería sexy (ahora que me doctoro en ella) y joyería sensual, son parte del tour que hacen los turistas por la Murcia histórica. Una idea cojonuda en estos tiempos perros.

Organizan encuentros de tapersex (para los menos versados, reuniones de amigas junto a una asesora experta en sexualidad), talleres de suelo pélvico o de técnicas de masaje erótico, por citar algunos. Eso conjuga sin estridencias con exposiciones de literatura y pintura, en definitiva, ARTE ligado al placer y a los sentidos. Sin ir más lejos, la escultura que recibe al visitante a la entrada de la tienda es del artista murciano Pepe Yagües; una obra que se ha paseado por las calles de la ciudad estos días, y cientos de curiosos se han fotografiado con ella. Es parte de la campaña promocional del Salón Erótico que se celebra hoy y mañana en Torre Pacheco, la tierra de Garre. Pedro y Eva os recibirán con una sonrisa en el stand. Mi recomendación es que escuchéis solícitos sus consejos. Mejorará vuestra salud sexual. Y aquí hablamos tanto del sexo con amor de los casados como del onanismo inherente a la soltería más canalla.

Eva es murciana. Una mujer todoterreno, culta, una emprendedora más, que estudió -curiosamente- en Carmelitas. Se confiesa creyente y es óptica, optometrista y pianista. “La religión no está reñida con la educación sexual”, afirma la sexóloga. De hecho, tiene en mente montar un proyecto titulado ‘La sexualidad según la palabra de Dios’.
Es vieja colaboradora de LA OPINIÓN y tiene un programa en la radio que se llama ‘Sexo sentido’. Eso sí, aviso a navegantes: esto no es apto para beatos hazañeros que hacen escrúpulo de todo. Es necesario liberarse de los prejuicios. Y os pongo un ejemplo contundente. Hay matrimonios que han conseguido salvarse del divorcio gracias a ‘reaprender’ a ‘jugar’ y a saber alimentar con pasión ‘la llama’. Se trata, como dice Eva, de “desgenitalizar la sexualidad”. Y tiene razón. Daos una vuelta y lo comprobáis.
Os recomiendo -chicas y chicos, hombres y mujeres- el Tiani 3 de Lelo. La línea más alta de juguetería erótica, hecho en silicona de seda. Sueco. Tiene 9 velocidades y un control remoto que se llama sense motion, o lo que es lo mismo, la vibración cambia con el movimiento del mando, como en la PlayStation. Se carga como un Iphone 5. No es un consolador. “El consolador consuela”, dice Pedro. Es un vibrador o un ‘alegrador’. Pues eso, alegría, coño. A la señorita Lou le voy a regalar uno. Ya os cuento qué tal.
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Juan Máiquez

A sus 30 años ha hecho de todo en el mundo de la Comunicación y el Marketing. Con 22 años, fue editor de boletines informativos en una emisora a escala nacional en Madrid. Dio el salto a televisión con 24, donde hizo de reportero (sin dejar la radio) en lugares tan privilegiados como el Congreso de los Diputados, el Palacio de la Moncloa o el Senado. En Murcia, ha pasado por casi todas las secciones del periódico para el que escribe, La Opinión de Murcia, donde firma la contraportada todos los sábados con sus #CrónicasCanallas. Comparte espacio con el escritor y articulista de El País Juan José Millás. Ha publicado en libros de Sociología y prepara una nueva entrega editorial. Ha saltado al mundo del marketing con trabajos de locución para videos corporativos, ha vendido publicidad para una emisora de radio e, incluso, ha organizado una feria de vino en inglés en la provincia de Alicante. De hecho, tiene un blog en el portal americano www.examiner.com. Todo esto, sin abandonar su actividad periodística y su faceta como músico, escritor y radiofonista, parcela en la que tiene un posgrado.

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